La creatividad que se pone en funcionamiento con el juego despierta el impulso humano necesario para recrear la realidad y transformarla. Así, una varilla de madera puede convertirse en una varita mágica, en una espada o en un caballo. Ese impulso y esa fuerza creativa ¿se desaprovechan en la escuela?
Si te interesa este artículo ingresar aquì
Fuente: educ.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario