martes, 23 de febrero de 2016

JORNADA "GENTE Y LIBROS"


¿De qué sirve el profesor? Por Umberto Eco


¿En el alud de artículos sobre el matonismo en la escuela he leído un episodio que, dentro de la esfera de la violencia, no definiría precisamente al máximo de la impertinencia... pero que se trata, sin embargo, de una impertinencia significativa. Relataba que un estudiante, para provocar a un profesor, le había dicho: "Disculpe, pero en la época de Internet, usted, ¿para qué sirve?"
El estudiante decía una verdad a medias, que, entre otros, los mismos profesores dicen desde hace por lo menos veinte años, y es que antes la escuela debía transmitir por cierto formación pero sobre todo nociones, desde las tablas en la primaria, cuál era la capital de Madagascar en la escuela media hasta los hechos de la guerra de los treinta años en la secundaria. Con la aparición, no digo de Internet, sino de la televisión e incluso de la radio, y hasta con la del cine, gran parte de estas nociones empezaron a ser absorbidas por los niños en la esfera de la vida extraescolar.
De pequeño, mi padre no sabía que Hiroshima quedaba en Japón, que existía Guadalcanal, tenía una idea imprecisa de Dresde y sólo sabía de la India lo que había leído en Salgari. Yo, que soy de la época de la guerra, aprendí esas cosas de la radio y las noticias cotidianas, mientras que mis hijos han visto en la televisión los fiordos noruegos, el desierto de Gobi, cómo las abejas polinizan las flores, cómo era un Tyrannosaurus rex y finalmente un niño de hoy lo sabe todo sobre el ozono, sobre los koalas, sobre Irak y sobre Afganistán. Tal vez, un niño de hoy no sepa qué son exactamente las células madre, pero las ha escuchado nombrar, mientras que en mi época de eso no hablaba siquiera la profesora de ciencias naturales. Entonces, ¿de qué sirven hoy los profesores?
He dicho que el estudiante dijo una verdad a medias, porque ante todo un docente, además de informar, debe formar. Lo que hace que una clase sea una buena clase no es que se transmitan datos y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que se aprende en la escuela y lo que viene de afuera. Es cierto que lo que ocurre en Irak lo dice la televisión, pero por qué algo ocurre siempre ahí, desde la época de la civilización mesopotámica, y no en Groenlandia, es algo que sólo lo puede decir la escuela. Y si alguien objetase que a veces también hay personas autorizadas en Porta a Porta (programa televisivo italiano de análisis de temas de actualidad), es la escuela quien debe discutir Porta a Porta. Los medios de difusión masivos informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión. Y además, hace falta verificar la información que transmiten los medios: por ejemplo, ¿quién sino un docente puede corregir la pronunciación errónea del inglés que cada uno cree haber aprendido de la televisión?
Pero el estudiante no le estaba diciendo al profesor que ya no lo necesitaba porque ahora existían la radio y la televisión para decirle dónde está Tombuctú o lo que se discute sobre la fusión fría, es decir, no le estaba diciendo que su rol era cuestionado por discursos aislados, que circulan de manera casual y desordenado cada día en diversos medios –que sepamos mucho sobre Irak y poco sobre Siria depende de la buena o mala voluntad de Bush. El estudiante estaba diciéndole que hoy existe Internet, la Gran Madre de todas las enciclopedias, donde se puede encontrar Siria, la fusión fría, la guerra de los treinta años y la discusión infinita sobre el más alto de los números impares. Le estaba diciendo que la información que Internet pone a su disposición es inmensamente más amplia e incluso más profunda que aquella de la que dispone el profesor. Y omitía un punto importante: que Internet le dice "casi todo", salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información.
Almacenar nueva información, cuando se tiene buena memoria, es algo de lo que todo el mundo es capaz. Pero decidir qué es lo que vale la pena recordar y qué no es un arte sutil. Esa es la diferencia entre los que han cursado estudios regularmente (aunque sea mal) y los autodidactas (aunque sean geniales). 
El problema dramático es que por cierto a veces ni siquiera el profesor sabe enseñar el arte de la selección, al menos no en cada capítulo del saber. Pero por lo menos sabe que debería saberlo, y si no sabe dar instrucciones precisas sobre cómo seleccionar, por lo menos puede ofrecerse como ejemplo, mostrando a alguien que se esfuerza por comparar y juzgar cada vez todo aquello que Internet pone a su disposición. Y también puede poner cotidianamente en escena el intento de reorganizar sistemáticamente lo que Internet le transmite en orden alfabético, diciendo que existen Tamerlán y monocotiledóneas pero no la relación sistemática entre estas dos nociones.
El sentido de esa relación sólo puede ofrecerlo la escuela, y si no sabe cómo tendrá que equiparse para hacerlo. Si no es así, las tres I de Internet, Inglés e Instrucción seguirán siendo solamente la primera parte de un rebuzno de asno que no asciende al cielo.
(Traducción: Mirta Rosenberg)
Fuente: Ingrese aquí

lunes, 22 de febrero de 2016

¿Qué es y cómo se organiza un club de lectura?

Un club de lectura lo forman un grupo de personas que leen al mismo tiempo una obra concreta -de las que la Biblioteca presta un ejemplar a cada miembro del club- y celebran reuniones quincenales o mensuales para comentar lo que han leído.Con esta actividad practican una lectura a solas y reflexiva a la vez que descubren uno de los elementos mágicos de las obras literarias: su transformación en múltiples historias, tantas como lectores tenga, ya que cualquier libro, al pasar por la experiencia e imaginación de un lector se convierte en una historia distinta y única.

DISFRUTA EL ARTÍCULO INGRESANDO AQUÍ

jueves, 18 de febrero de 2016

Catalogación Por Copia En Aguapey


























Desde la Biblioteca Nacional de Maestros (BNM) informamos que estuvimos realizando laactualización de nuestro sitio web.  Una de las principales modificaciones fue la migración de los catálogos, por lo que ahora pueden verse las colecciones unificadas.
Esto, a su vez, generó mejoras en la Catalogación por copia (CxC) para los usuarios de Aguapey, al no estar limitados a la incorporación de ítems monográficos. Actualmente, con una única búsqueda podrán recorrer todas las bases de la BNM y seleccionar los registros que quieran incorporar a su base, independientemente de su soporte.
Por lo pronto, para incorporar registros desde CxC hacia el Aguapey, hay que hacer clic en el título seleccionado para acceder a la vista detallada, elegir “exportar”, seleccionar como formato “Exportar a ISO-2709” y luego realizar la CxC, como de costumbre. En poco tiempo, se incorporará la leyenda “Aguapey” a esa opción de exportación.
Estamos en proceso de perfeccionamiento del nuevo sitio y todas las pruebas que puedan realizar los usuarios nos ayudan a mejorar. Lo invitamos a leer la nota relacionada al lanzamiento de nuestro sitio web
Para otras consultas de Aguapey, les recordamos que está disponible la herramienta del Foro de la Comunidad Aguapey y nuestro mail bnmbera@me.gov.ar.
Màs información ingrese AQUÍ

martes, 16 de febrero de 2016

24 DE FEBRERO: DÍA MUNDIAL DE LA LECTURA EN VOZ ALTA.

Aunque las clases todavía no empezaron, estamos seguros de que cerca de cada uno de nosotros hay un niño, un adolescente o un adulto al que le encantaría escuchar un cuento, un poema... ¿ Lo hacemos? ¿ A quién? ¿ Qué texto ? Escuchamos ideas, propuestas, experiencias... 
Buen comienzo de semana les desea Plan Provincial de Lectura.

¿Literatura juvenil o lecturas adolescentes? Reflexiones en torno del concepto de literatura juvenil.


 Gabriela Purvis
Cuando se habla de la Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), cuando se tratan o se debaten cuestiones referidas a ella, siempre tengo la sensación de que la última patita de la sigla –la “j” de juvenil– se nos cae, se nos escapa un poco del campo a mirar. Y es que lo juvenil se nos escapa, también, un poco. Cuando se habla de literatura infantil, especialistas, críticos, estudiosos del campo saben desde hace tiempo que es imposible deslindar cualquier análisis de la literatura para niños de un conocimiento de la infancia, de la cultura de la infancia, de ciertas concepciones y discursos acerca de la infancia implícitos en los libros infantiles y/o mediante los cuales analizamos las obras destinadas a ella. Porque cuando tratamos con literatura infantil, ya sabemos (o creemos saber) qué es la infancia, tenemos un cierto saber construido sobre ella. El filósofo de la educación Jorge Larrosa, cuya lectura recomiendo, sostiene que la infancia eslo enigmático, lo incierto, lo extraño, lo desconocido, pero que a la vez se trata de aquello que lo adultos creemos conocer, aquello que hemos capturado en saberes, en teorías, en pedagogías (Larrosa: 2000). No obstante, afirma, la infancia es siempre lo otro, lo que nos interpela con su aparición.[1] Es decir, contamos con un corpus de teorías, disciplinas, enfoques que estudian la infancia y a los que los especialistas, con muy buen criterio, recurrimos para acercarnos a esta literatura destinada a los chicos[2], para que nos ayuden a pensarla. No menos importante es el hecho de que todo acercamiento a la literatura infantil ya sea si nos ocupamos de ella como objeto de estudio o bien si la abordamos como mediadores, educadores- exige un posicionamiento acerca de la infancia. Es totalmente cierto que aquello que pensamos de los niños y las niñas influye de manera decisiva en lo que hacemos con ellos. Pero no sucede lo mismo con la adolescencia.
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viernes, 12 de febrero de 2016

FELIZ INICIO DEL CICLO LECTIVO 2016

Estimados colegas:
Les doy la bienvenida en nombre del CENDIE y en el mío propio al ciclo lectivo 2016.
Un comienzo de año que nos insta a renovar esperanzas y apostar nuevamente a un trabajo en conjunto, en el que cada uno de nosotros, al igual que en los ciclos anteriores, pondrá lo mejor de sí para continuar ubicando a la biblioteca en el rol preponderante que le pertenece dentro del sistema educativo. Confío en que seguiremos trabajando, con humildad y sacrificio, renovando proyectos y aportando ideas.
Desde aquí, como siempre, estaré para escucharlos y para brindarles mi más sincero apoyo en todo lo que emprendan.
Les deseo lo mejor y nos seguiremos comunicando.
Evangelina Drachenberg.
Bibliotecaria Capacitadora del CENDIE en la Región 24.