¿Quién no recuerda alguna anécdota de los picnics del Día de la Primavera? Seguramente el lugar (alguna plaza, algún campo o el patio del colegio), o el sabor del sándwich que nos preparaba nuestra madre, o el recuerdo de algún amigo haciendo alguna trapisonda deben estar grabados en algún rincón de la memoria aunque hayan pasado muchos años del aquel doble festejo de la Primavera y el Día del Estudiante.
Pero no en todo el hemisferio Sur la llegada de la primavera se festeja del mismo modo, sino que va variando entre páises. En Bolivia se celebra tres días antes, el 18 de setiembre; en Perú la celebración es el 23 coincidiendo con el Día de la Juventud; y en Dolores, Uruguay, hace 45 años que se realiza el Festival Nacional de la Primavera con desfiles y caravanas de carruajes adornados con motivos de flores y animales.
Si bien alrededor del mundo la fecha no coincide por la ubicación geográfica, la llegada de la primavera despierta supersticiones y rituales a lo largo de todo el mundo. Por ejemplo, durante la llegada de la primavera, dicen que es buena suerte colocar un huevo parado sobre su base, como señal de armonía y balance del universo.
Los chinos se reunen junto a su familia en torno a una cena suntuosa, muchos permanencen despiertos toda la noche y a la mañana siguiente habrá gente en zancos por la calle, otros danzando con dragones y mucho color para el festejo.
Los ingleses dicen que si alguien encuentra la primera flor abierta de la estación un lunes, será de buena fortuna; si es un martes, se concretará un proyecto; si es el miércoles, habrá un matrimonio; un jueves, será signo de una economía en problemas; un viernes, traerá salud; un sábado, mala estrella; y un domingo, un golpe de suerte.
Desde aquí, con el recuerdo sencillo de nuestros picnics, seguimos apostando al significado más romántico de la llegada de la estación, soñando con que el amor sirva de unidad para el mundo.
FELIZ PRIMAVERA!!!!
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