martes, 11 de diciembre de 2012

Una invitación a comprometerse


El 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial del Sida. La fecha se estableció —cuando la epidemia comenzaba— para visibilizar lo que estaba pasando; en la actualidad, los avances de la medicina y el mejoramiento de la calidad de vida de las personas con VIH nos llevan a poner mayor énfasis en la prevención. Por esta razón, cada 1 de diciembre es una oportunidad para invitar a reflexionar, para entrar en diálogo con la sociedad, informarse y tomar conciencia.
La prevención y la promoción de la salud son parte de la tarea educativa y es en este campo donde se lograrán los mejores resultados para frenar el avance del VIH y mejorar la salud sexual de las personas. 

En 2012 los prejuicios siguen vivos. A pesar de que han pasado los años, docentes, familias y profesionales de salud todavía tienen dudas y miedos a la hora de hablar sobre sexualidad.

Sin embargo, hoy la realidad argentina en cuanto a la salud sexual y reproductiva nos muestra un panorama lleno de oportunidades que es importante conocer. Desde la reglamentación de la Ley Nacional de Sida N.º 23.798 en 1991, comenzó a incluirse la prevención del VIH como tema en los programas escolares, con un abordaje que no solo contempla lo reproductivo sino también una mirada sobre la salud sexual.

Sin duda, esta tarea ha permitido avanzar considerablemente en la prevención a lo largo de los años. Sin embargo, la sexualidad para la escuela pareciera ser (desde este enfoque) solo «un problema» que no se sabe muy bien cómo atender.

La aprobación y reglamentación de la Ley Nacional de Educación Sexual Integral N.º 26.150 en 2006 plantea un cambio de enfoque. Ya no se trata sólo de los «riesgos», sino de tomar la sexualidad en todas sus dimensiones, como parte de la constitución de la identidad de las personas que conforman la comunidad educativa. Un enfoque que permite no sólo transmitir contenido, sino acompañar el desarrollo de habilidades que permitan que toda la comunidad pueda conocer sus derechos sexuales y reproductivos y ejercerlos.

Salud sexual

La ley propone que el abordaje de los contenidos sea transversal y que se trabaje desde el nivel inicial hasta el terciario. Esto permite que cada estudiante tenga la información correcta, pero, por sobre todo, que ejerza sus derechos, experimentando su sexualidad libremente, sin prejuicios, pudiendo tomar sus propias decisiones. En este sentido, la ley entiende a cada educando como sujeto de derechos, a quien se debe acompañar progresivamente para lograr el ejercicio de su ciudadanía.

En este encuadre, resulta fácil pensar en un futuro en donde no solo aparezcan respuestas eficientes en torno al VIH/sida, sino también a otras temáticas vinculadas con la sexualidad, como pueden ser la violencia de género, la diversidad sexual, los embarazos no planificados, entre otros. Sin embargo, aunque los planteos de la ley fueron profundos y resultaron muy interesantes, todavía hoy, seis años después de su aprobación, no se ha logrado implementar plenamente.

Quienes formamos parte de la comunidad educativa, tenemos que ser capaces de pensar nuestra propia sexualidad, de asumirla desde su dimensión integral, reconocerla en las escuelas y en la vida cotidiana para poder trabajar sin prejuicios y acompañar a los estudiantes en el desarrollo de sus habilidades para que ejerzan sus derechos sexuales y reproductivos.

Prevención HIV

Durante 2012, el Programa Nacional de Educación Sexual Integral ha logrado avanzar mucho en la capacitación docente en diferentes provincias del país, pero es necesario acompañar estos avances desde las escuelas, desde las familias y desde la sociedad civil.

Un buen desafío para 2013 es llevar la educación sexual al aula; hay que animarse a hablar de estos temas en equipo y planificar de acuerdo con lo que la ley y los lineamientos curriculares proponen. Trabajar educación sexual, es educar en el respeto, en la no violencia, en la defensa de los derechos y en el compromiso ciudadano con el mundo en que vivimos.

Quizá entonces, cuando finalmente hablar de estos temas en el aula sea algo cotidiano y al fin los miedos y prejuicios queden de lado, frenar el VIH sea posible. Una invitación a comprometerse con este desafío.
FUENTE: Boletìn Educ.ar - Año 9 Nº 352

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