Los chicos que leen en su tiempo libre rinden más | ||
31-01-2012
Leer puede ser para los chicos y adolescentes, además de un
placer, una inversión a largo plazo. Dos estudios, uno argentino y otro
internacional, dan cuenta de esta evidencia, mientras que los especialistas
consultados por Clarín coinciden: la lectura en los tiempos de ocio hace que los
futuros adultos rindan mejor en la vida.
Una reciente investigación británica de la Universidad de
Oxford, que siguió a casi 20.000 personas entre la adolescencia y la adultez,
reveló que leer por placer asegura un mayor éxito profesional. Los testearon a
los 16 años y volvieron a hacerlo a los 33. Los lectores habían llegado a ocupar
mejores puestos en empresas que aquellos para los que la lectura no había sido
una prioridad.
En la Argentina, se comprobó que los estudiantes que egresan
del secundario salen mejor preparados si en sus casas hubo una biblioteca. La
conclusión se desprende del último Operativo Nacional de Evaluación del
Ministerio de Educación, que examinó a los alumnos de quinto año: a medida que
crece la cantidad de libros en el hogar, los desempeños en Lengua y Matemática
mejoran. Y la falta de libros en casa explica, en parte, las bajas notas que
obtienen en el colegio.
El verano, fuera de las obligaciones escolares de todo el año,
es una época ideal para incentivar la lectura, sobre todo en los más pequeños de
la familia. Desde la Fundación Leer, aseguran que dedicarles unos 20 minutos
diarios a leerles un libro es clave para generar el hábito y que luego, una vez
alfabetizados, ellos continúen haciéndolo por sus propios medios.
Según Rafael Gagliano, docente de Filosofía y Letras de la
UBA, leer libros “permite un nivel de concentración y focalización mayor, reduce
la dispersión de la vida mental y posibilita mirar detalladamente una trama o
historia y ser fiel a su comprensión e interpretación”.
Gloria Gitaroff, psicoanalista y miembro de la Asociación
Psicoanalítica Argentina, enumera una serie de ventajas difíciles de rechazar:
“El hábito de la lectura no sólo nos entrena; ayuda a expresarnos mejor y
acostumbra a una correcta ortografía y gramática, y a ampliar el vocabulario.
Además, desarrolla la imaginación y la creatividad, aumenta la capacidad de
memoria y ejercita la concentración”.
Abraham Gak, ex rector de la Escuela Superior de Comercio
Carlos Pellegrini, considera que la lectura “permite hablar mejor y, en
matemática, contribuye a desarrollar un pensamiento lógico. Quienes están
acostumbrados a leer libros adquieren una sensibilidad diferente y se expresan
con mayor exactitud, a contramano de los que sólo leen por Internet, donde sólo
picotean y adquieren un conocimiento fragmentario”.
Para Patricia Mejalelaty, directora ejecutiva de la Fundación
Leer, la lectura es una habilidad transversal a todas las áreas del
conocimiento. “Un chico que no lee libros tiene dificultades para comprender y
seguramente le va a ir mal en todas las asignaturas. No sólo en Lengua. Por
ejemplo, no va a ser capaz de comprender el enunciado de un problema matemático
o de sacar ideas de un texto”, grafica. Por eso destaca que es importante que
tanto padres como maestros ejerzan un rol de mediadores en el hábito de
implantar la lectura. “Donde no sólo sea la lectura sino donde circule la
palabra y esté presente la anécdota, en donde los abuelos tengan un rol
determinante”, aconseja Mejalelaty. Y agrega: “Cuando los chicos tienen acceso a
libros que han sabido captar su interés, como lo logró Harry Potter con una
historia atrapante, se sumergen de lleno”.
Axel Rivas, director del Programa de Educación del Centro de
Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC),
destaca que el buen desempeño en relación a la disposición de libros en el hogar
está emparentado fundamentalmente con una cultura familiar: “Esa correlación no
se debe al hecho de que sólo tengan libros, sino a que hay una familia con
predisposición a transmitir ese habito desde temprana edad. Se trata de una
responsabilidad conjunta en que juegan varios aspectos: el principal es generar
confianza en los chicos: todos pueden aprender”.
Los especialistas coinciden en que la presencia de libros en
el hogar depende de una tradición y cultura familiar. Y del estrato social. En
muchos casos, la ausencia de libros se debe a limitaciones de espacio e
incomodidades propias del hacinamiento en las casas. Gak opina que “esto está
unido a las condiciones de vida y a los derechos que deben tener todos los
chicos. Por eso es tan importante la igualdad de oportunidades”.
Fuente: clarin.com
|
miércoles, 11 de julio de 2012
LECTURA INFANTIL
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario